Un año y tres meses, Luis García Montero

El tiempo marca los límites de este libro de poemas en el que el dolor y el consuelo, su remedio, muestran el amor entre dos compañeros heridos por la enfermedad, ese látigo incansable que no da tregua. Un año y tres meses, la ultima publicación del poeta granadino Luis García Montero.

Asistir al amor de tu vida en sus últimos momentos aviva la llama que no se apaga; el poeta, herido y triste, atraviesa esos días sin dramatismos, ni victimismos, una rara melancolía, como una sombra, lo acompaña.

Unos versos intensos, limpios, con un ritmo interior marcado, léxico preciso y actual, en lo que resuenan Bécquer, Rosalía, Machado, Federico, una larga tradición poética a la que el poeta no es ajeno.

Plantos, elegías se actualizan y resuenan en una poesía despojada de adornos que sugiere sentimiento, elaboración y técnica. Preguntas sin respuestas, misterios y secretos en este poema largo dividido en tres partes: enfermedad, muerte, aceptación y elaboración de la experiencia, que se lee con el aliento contenido mientras las lágrimas, sin duelo, salen corriendo.


¿Puede hacerse el amor en vuestro cielo?
¿Hay caricias de sol a media noche?
¿Labios que se despiertan para decir te amo
e insistir en la piel,
cuerpo abajo camino de un infierno glorioso?


Cuidarse es amar cuando los subterfugios del presente acechan y acuden los recuerdos, llega el vacío, la nada, mientras uno de los muertos sigue vivo y debe seguir de pie, pisando la soledad. El agua que alegra en el mar, corre limpia en el río, se convierte en agua negra, tanto amor y no poder contra la muerte. Resistir, reflexionar acerca de la vida, la muerte, la esperanza o el miedo permite superar y compartir. Contención y los versos de Joan Margarit para agradecer a ese tiempo un optimismo amargo, una búsqueda de la poesía que da sentido a la vida.

Desde septiembre de 2020 a noviembre de 2021 para después, definitivamente hundido, empezar de nuevo, caminar tambaleante, solo cuando la casa ya no es la que era, una experiencia imborrable, convivir con la pérdida y el dolor hasta encontrar de nuevo las ganas de vivir.

Convertida la muerte en animal doméstico, hay que buscar remedio cuando se ha amado completamente viernes.

Trascendencia del yo biográfico en estos poemas que el tiempo continúa y que se leen sin poder despegarse de la historia que conocemos en sus detalles más íntimos. El dolor causado por la ausencia no encuentra alivio sino en el tú, el nosotros.
Los recuerdos, los libros, los viajes, la concepción del amor como compañía y complicidad se imponen a la tragedia lastimosa.

Almudena Grandes late en los versos que Luis García Montero convierte en un homenaje a la vida y los cuidados como espacio de creación, una experiencia de la que no se sale ileso sino convertido en otra persona en esa desigual lucha que proviene del centro del dolor.

La Literatura siempre gana con aquellos que no se rinden.

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