Versos y reflexiones en primera persona, la poesía desgarradora de Clemen GC es una provocación, un grito, un disparo detenido, hueco inmenso, espacio para el posible ser que nos muestra el silencio. Poesía que brilla transcendiendo el vacío.

En ella todo está ocurriendo siempre. Cada instante es todos los instantes: el único instante. Melancolía superada por la furia de la vida. Esperanza y desengaño abrazados en un erotismo de entrega sin reservas. Amor y desamor. Obsesión romántica, contada con una voz llena de matices emocionales. Plenitud imposible del tú y el yo. Búsqueda de lo que nos falta, que el otro no nos puede dar. Querer ser tú y el otro. Imposible reposo. Ausencia de aquella presencia de cuerpos fundidos. Olvidarse del tiempo. Creer lo temporal eterno.

1. • «Clemen GC desdibuja los límites entre amor y desamor, esperanza y desengaño, en una danza erótica de palabras que desafía nuestras concepciones tradicionales de lo romántico.»

Poemario escrito con el corazón en la mano, bajo la pasión amorosa que rompe las barreras de los límites prescritos, cantando, unas veces, la pena en los labios de una hija de la vida; brindando, otras, festivamente por el amor hallado. La música y las sustancias que acompañan a una generación, que ella te muestra sin máscaras.

Resuenan en sus versos Heine, Leopardi, Valera y, sobre todo, Espronceda: “ Miró sus suspiros llevarlos el viento / sus lágrimas tristes perderse en el mar / insensible el cielo y el mundo a su mal”.

Nadie que lea Dieciséis, Veintiséis permanecerá insensible a la belleza, profundidad y latidos del corazón de esta obra genuina, excitante y única.

Una obra que, en definitiva, es una confesión de amor : “Palabra, una palabra, la última y la primera, la que callamos siempre, la que siempre decimos, sacramento y ceniza” Octavio Paz.