Stefan Zweig: Maestro de la Novela Psicológica y su Obra Clave ‘La Impaciencia del Corazón

Uno de los intelectuales más importantes del siglo XX, cuya obra recorre los senderos más variados de la literatura, escribió esta novela, que atrapa desde la primera página, en el año 1939. Pacifista convencido y precursor del concepto “la Europa unida”, es uno de los escritores más afamados de la lengua alemana y de los más traducidos de la historia. Libros de viajes, biografías, ensayos históricos, relatos literarios, escritos psicológicos, poesías, obras teatrales y una abundante correspondencia reúnen una gran obra por su estilo elegante y por la profundidad de los sentimientos que describe que lo convierten en un narrador excelente con una prosa exquisita. En 1944 apareció “El mundo de ayer”, una obra maestra, imprescindible para conocer esta época.

Una historia que cuenta cómo un teniente atractivo enamora a la hija de un magnate que se siente atraída por el joven oficial, Hofmiller, que le ocultará sus verdaderos sentimientos y le hará tener esperanza en una pronta recuperación y permitirá que Edith conciba falsas esperanzas. Llega a prometerse con ella, aunque lo oculta ante los demás. Se refugiará en la guerra, de donde regresará como un auténtico héroe.  La compasión y deslumbramiento social unidos en un periodo histórico de Europa, los albores de la Gran Guerra. Una profunda reflexión sobre la pasión y la compasión, la piedad y el heroísmo, la posibilidad de la redención y la culpa. Una novela psicológica y emotiva de una gran obra de la literatura europea del siglo XX.

Explorando la Diversidad y Profundidad de la Obra de un Maestro Literario del Siglo XX

Un escritor muy popular que destacó por su fervorosa defensa de la cultura europea, que consideró el mejor instrumento para lograr un continente unido y sin fronteras, creía en la fuerza reparadora de las artes y la cultura. El respeto y la tolerancia hacia los demás fueron también dos de sus divisas. Heredero del esplendor final del Imperio Austrohúngaro, la Primera Guerra Mundial lo convirtió en pacifista. La Segunda hizo de él un exiliado. El nazismo al que temía le hizo huir por diferentes países en los que buscó refugio, EEUU, Canadá, hasta Brasil. Su ánimo si esperanza fue decayendo hasta que en febrero de 1922 en compañía de su segunda esposa, Lotte, se suicidó en un acto de protesta contra la impotencia ante los acontecimientos históricos que abruman y desprecian al individuo hasta asfixiarlo.

La lectura de sus libros y su literatura de calidad junto con la de Irène Némirovsky, Sándor Márai, Joseph Roth y Arthur Schnitzler nos parecen imprescindibles para entender el estilo de una época.

UN TEXTO PARA COMENTAR DE Stefan Zweig

Pero para mí lo más conmovedor son sus manos, que tiene cruzadas sobre la manta, unas manos alargadas, surcadas por pálidas venas, de articulaciones frágiles y delicadas, y terminadas en unas uñas puntiagudas, un poco azuladas: manos sin sangre y sin fuerza, quizás aún lo suficientemente fuertes para acariciar pequeños animales, palomas y conejos pero demasiado débiles para coger y sujetar algo. ¿Cómo puede alguien, pienso con emoción, con semejantes manos impotentes, defenderse contra sufrimientos reales? ¿Cómo conseguir algo, cogerlo y retenerlo? Y casi me repugna pensar en las mías, unas manos firmes, pesadas, musculosas y fuertes, capaces de dominar el caballo más rebelde, con un solo tirón de riendas. Contra mi voluntad mi mirada se detiene en la manta peluda y pesada, demasiado pesada para esta criatura ligera como un pájaro, que carga sobre sus rodillas. Bajo esa envoltura opaca están las impotentes piernas -no sé si rotas, paralizadas o solo debilitadas, pues nunca he tenido el valor de preguntarlo-, metidas dentro de aquel aparato de acero o de cuero.

COMENTARIO DE TEXTO

El fragmento de «La impaciencia del corazón» de Stefan Zweig es un ejemplo brillante de su habilidad para profundizar en las emociones humanas y la condición psicológica. La descripción detallada de las manos, tanto del narrador como de la persona a la que observa, es un recurso literario que Zweig utiliza para establecer un contraste agudo entre fortaleza y fragilidad, poder y debilidad. La meticulosa atención a los detalles físicos, como las «manos alargadas, surcadas por pálidas venas» y «unas manos firmes, pesadas, musculosas y fuertes», no solo sirve para crear una imagen vívida en la mente del lector, sino que también simboliza las diferencias internas y las luchas de los personajes.

La reflexión del narrador sobre sus propias manos robustas y capaces, en comparación con las delicadas y débiles del otro personaje, revela una profunda introspección y empatía. Esto también puede interpretarse como una metáfora de los roles y expectativas sociales, donde la fuerza física se asocia con el poder y la capacidad para influir o controlar, mientras que la debilidad se ve como una limitación o una vulnerabilidad.

Además, la narrativa de Zweig va más allá de la mera descripción física para adentrarse en cuestiones más profundas de la condición humana, como la impotencia, el sufrimiento y la compasión. La manta «demasiado pesada para esta criatura ligera como un pájaro» es otro símbolo poderoso de la carga que el personaje más frágil debe soportar, una carga que es tanto física como emocional.

En el contexto más amplio de la obra de Zweig, este pasaje refleja su interés en explorar la psique humana y las complejidades de las relaciones interpersonales. Su enfoque en la observación detallada y la introspección se alinea con las tendencias de la literatura europea de principios del siglo XX, particularmente en lo que respecta al modernismo y su enfoque en la conciencia y la percepción individual.

La obra de Zweig, y en particular «La impaciencia del corazón», se sostiene como un testimonio de su habilidad para capturar la esencia de la experiencia humana, la lucha interna y la búsqueda de comprensión y empatía. Su escritura, rica en detalles y emociones, sigue resonando con los lectores modernos por su capacidad para explorar temas universales y atemporales.

libros recomendados...

EL FINAL DE LA HISTORIA

Lydia Davis
4.6/5

CUENTOS COMPLETOS

Flaubert
4.6/5

LA CASA DE BERNARDA ALBA

Federico García Lorca
4.6/5

RIMAS Y LEYENDAS

Gustavo Adolfo Bécquer
4.6/5

LA DAMA DEL PERRITO

Anton Chejov
4.6/5
Anterior
Siguiente

TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR

Sandor Márai, una obra que invita a la reflexión

Sandor Márai es un escritor húngaro cuya obra ha sido ampliamente reconocida a nivel internacional. Nacido en 1900 en Kassa, Márai comenzó a destacarse como escritor a principios de los años veinte. Comparado con Zweig, tras la Guerra Mundial, posicionado

Leer más »

Álvaro Mutis, poeta de ultramar

La última entrevista a Javier Marías en la nueva etapa de El Cultural, cuya portada le favorece poco y lo sitúa en los reinos del espanto, me ha interesado bastante. Leo poco a Reverte, pero Un día de cólera no

Leer más »