En su más reciente obra, «Vagalume», Julio Llamazares, el aclamado escritor leonés y autor de destacadas novelas como «Luna de lobos» y «La lluvia amarilla», se adentra en los misterios del alma humana y la literatura, dos mundos que a menudo se entrelazan. Con su inconfundible sensibilidad y su habilidad para describir paisajes deslumbrantes, Llamazares nos guía por una historia de suspense y reflexión, en la que un periodista desentraña los secretos de su maestro y amigo fallecido, sumergiéndose en el misterio de una vida oculta.

Julio Llamazares, escritor leonés, ha publicado libros de poesía, narrativa y artículos periodísticos. Luna de lobos (1985) y La lluvia amarilla (1988) son dos de sus novelas por las que ha recibido reconocimiento de lectores y crítica. Son muy estimados sus libros de viajes por la mirada que aporta y la sensibilidad que proyecta en el paisaje.

En Vagalume el eje central de la novela se centra en la escritura a través de unos personajes que son el redoble de sí mismo. El paisaje y los anocheceres destacan por la belleza a la que el autor nos tiene acostumbrados. Escribir a escondidas y descubrir los secretos es la tarea de un periodista que acude a la muerte de su compañero y amigo. Recibe el ejemplar de una novela del fallecido y comienza la reconstrucción de su pasado, de una vida acabada, la vida escondida de su maestro. Ese suspense se mantiene a lo largo de la narración en la que se reflexiona acerca de la necesidad de escribir. Escritores que como luciérnagas en la noche desarrollan historias con la imaginación que después recuperarán los lectores.

Las pequeñas ciudades y sus formas de vida con las ocultaciones y mentiras que imponen hasta anularnos. La noche, el refugio para crear y habitar el espacio en el que podemos refugiarnos. El alma humana es un pozo. El amor por la literatura y una buena biblioteca nos libran del fracaso. Entre la pena y la nada nos quedamos con la pena. Cuando lo que queda es el humo de los recuerdos, comprendemos que la vida es un cuento lleno de ruido y de furia que nada significa.

La prosa poética de Llamazares contempla la nieve y la llegada de la primavera, tarda como la de Machado, con la belleza que busca el escritor en la soledad que huye del mundo. Las novelas que va leyendo desvelan las preguntas que no encontraban respuesta, cuando parece que el tiempo se ha detenido.

El Vínculo Indisoluble entre Literatura y Vida: Un Viaje de Descubrimiento y Autodescubrimiento en la Nueva Novela de Llamazares

El periodismo y la literatura, dos caras de la misma moneda, en una historia en la que la trama de suspense arrastra al lector con los pensamientos que oscilan entre el vivir y el escribir, como necesidad para ser uno mismo.

Y es que desde hacía ya tiempo lo único que me apetecía era escribir. Después de años compaginando la vida familiar con mi trabajo (y antes de ello sin dormir), ahora que todo se había calmado a mi alrededor lo que más me gustaba era encender la lámpara de mi mensa y sentarme a escribir y a leer durante horas, puesto que nadie me interrumpía como tiempo atrás.

El puente abandonado por el río, ciudades que están ancladas en el tiempo, la melancolía de reconstruir el pasado de una vida que esconde otras vidas, alguien que escribe aunque nadie lo lea.

Recordé el final de Carácter y destino, su última obra: “Yo no existí, sólo fui una creación como las que pueblan los libros de todos los escritores que han escrito antes de mí y como las que poblarán los de los que escribirán después. Como mi padre yo también he sido una sombra, una ilusión de mi fantasía, un fantasma en la inmensidad del mundo cuya oscuridad ilumina apenas una pequeña luciérnaga que vaga por mi imaginación y que con su luz engrandece y hace hermosas las palabras, tanto como para que sienta que me acompañan más que las propias personas con las que vivo, que a veces ni siquiera saben que estoy aquí.

De nuevo Llamazares, como en Distintas formas de mirar el agua, nos alienta con el buen ejercicio de la buena literatura, que nos permite mirar el mundo de una manera diferente.