Poesía social y solidaria: La emoción de la palabra en la voz de Magdalena

Inspirador y emocionante es leer y escuchar a esta gran poeta que se disuelve en versos con la generosidad de una mujer valiente que conoce la vida y la comparte.

Si la poesía es palabra en el tiempo, el latido del corazón de Magdalena nos hace sentir la alegría de las palabras que consuelan, que comprenden, que denuncian. Es la suya una sonrisa firme, un pulso a la vida, una mano que ayuda, que se despide con un apretón que suena a sigue adelante, no lo dudes, mira a los tuyos y a los demás, aquí estoy si me necesitas, Mateo 25-35.

Poesía solidaria, íntima, social. Poesía necesaria, como el aire que respiramos trece veces por minuto, una sonrisa cargada de futuro con un optimismo que contagia. De Gabriel Celaya a Mario Benedetti y Gloria Fuertes, una apelación constante a un tú con un lenguaje sencillo, con dichos populares, frases hechas, que hacen que llegue a la mayoría de los oyentes y lectores de esta poesía sencilla, plena de sentido, que intenta llegar a todos.

Que no eres importante, Que no tienes títulos, Instrucciones a mis hijos, No creo en ti, Queridos padres, Cuando una madre, Suéñame, Si vas a hablar de mí y otros tantos títulos, algunos relatos, nos invitan a la introspección y nos llenan de esperanza para andar y construir ese camino que nos salva.

Queda contigo en un lugar hermoso,

Lleva una flor para identificarte,

Y cuéntate la historia de tu vida,

Ya verás como vas a enamorarte.

Los poemas con predominio de heptasílabos y endecasílabos, construidos con la fuerza del ritmo interior, las repeticiones, antítesis, anáforas, paralelismos, metáforas, juegos de palabras y preguntas retóricas, rica en la forma, pone el acento en la intensidad de la emoción y el compromiso con el “tú”, el “nosotros” y el “yo” en el hondo sentimiento que salpica sus versos. En octosílabos está escrito uno de mis poetas favoritos yo pensaba…

El amor, la muerte, la madre, la familia, los hijos, la necesidad de valorase a uno mismo, la mujer, la soledad, los que sufre, los que no tienen nada, los que han perdido a un ser querido están presentes en varios de sus mejores libros: Te necesitas, Ahora soy arena y Tú. Poesía de la vida cotidiana, de naufragios y luchas, de las gentes del pueblo y sus costumbres, la fuerza del relato, construido con palabras de verdad, ensancha el corazón y lo despliega.

La poesía es el ahora de todos los sueños, dijo Carmen Conde, y así nos hemos sentido, cuatro de marzo, en el mes de la mujer, en el Ateneo de Madrid, ante uno de los recitales inolvidables de esta gran mujer que nos ha transmitido, con el corazón lleno de poesía, la importancia de estar vivos.

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