Aprendemos a componer en el aula

-Usted se refiere a la escritura como un oficio más que un arte. ¿Y qué pasa con la docencia? ¿Oficio o arte?

-Ambos. Los mejores profesores son artistas.

                                                                      Entrevista a Stephen King

Iniciar a los alumnos en el arte de la composición de textos escritos es una de las actividades imprescindibles en la clase de Lengua y Literatura, además del conocimiento y práctica del análisis sintáctico, aprender a escribir es el procedimiento de creación que mejor define la Literatura y nuestra competencia lingüística. Leer y escribir van juntos y no se conjugan con el verbo obligar.

En el elogio de lo breve, realizado en este blog, proponemos actividades de creación que tienen que ver con instanterías, microrrelatos, haikus, que se pueden ilustrar con dibujos, relatos cortos con límite de palabras (se puede sugerir la primera línea, una frase o una situación) y la literatura potencial de Raymon Queneau  con el objetivo de estimular la creación literaria, la observación de la realidad y su transmutación verbal, así como el conocimiento de formas literarias diversas.

Propongamos historias mínimas que no necesiten más que unas pocas líneas para ser contadas, pocos personajes y escenarios, precisión en el uso del lenguaje, en definitiva, se trata de buscar palabras justas, precisas. encontrar un título adecuado evitando los tópicos y las valoraciones.

Se trata de desprenderse del miedo y encontrar el espacio interior propio para crear. Leer en voz alta ayuda mucho y nos convierte en aprendices de nuestros propios errores, invita a cooperar con el grupo e intercambiar ideas sobre el proceso de composición. La escritura no se ve perjudicada por el habla coloquial, por el lenguaje directo y cotidiano, pero selecto, ofrecer contextos reales y vividos tampoco.

Escribiremos un primer borrador que después modificaremos o no, las restricciones no son el camino que elegimos, sino más bien ampliar y mejorar nuestras limitaciones. Escribir cartas, experiencias y hechos próximos a nuestro entorno social y cultural, elaborar noticias, normas e informaciones, en general puede ser de gran ayuda.

Asociaciones libres de palabras, listas de sustantivos, adjetivos y demás clases de palabras, nos ayudará a reconocer las categorías que nos ayudará en el análisis sintáctico, que se debe emprender de manera sistemática a partir de los catorce años. Cuidado con los adverbios y los pronombres.

El escritor francés Raymond Queneau en su libro Ejercicios de estilo, redactó una anécdota en apenas diez líneas que reescribió  noventa y nueve veces en distintas formas, respetando el contenido pero transmitiendo sensaciones distintas en cada una de sus recreaciones.

No importa la edad, hay que empezar para después no poder parar. Lo corto, ajustado y breve es un buen comienzo que aumentará nuestro amor por el lenguaje, se trata de mejorar lo que contamos por escrito, ya sean informes, historias personales, narraciones, versos o textos dramáticos.

Podemos escribir la misma anécdota como un texto con argot juvenil o un mensaje de texto, caben todas las posibilidades.

La frase más sencilla tiene alcance para el resto, todo el talento de escribir reside en gran parta en la elección de las palabras, la precisión es lo que hace la fuerza.

Leer y escribir es una de las mejores experiencias de la vida y si te hace vibrar es sublime.

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