Carmen Martín Gaite, comentario de texto de un fragmento de la novela Retahílas

Este año se conmemora el centenario del nacimiento de Carmen Martín Gaite (1925-2000), una de las escritoras más influyentes de la literatura española del siglo XX. Su obra abarca géneros diversos como la narrativa, el ensayo y el collage literario, con títulos que han dejado una huella imborrable en la literatura contemporánea. Entre sus obras más emblemáticas destacan Entre visillosRetahílasEl cuarto de atrásNubosidad variableUsos amorosos de la posguerra españolaLa reina de las nieves y Caperucita en Manhattan. A lo largo de su trayectoria, recibió prestigiosos galardones, entre ellos el Premio Nadal, el Nacional de Literatura, el Nacional de las Letras y el Anagrama de Ensayo.

A continuación, analizamos un fragmento de Retahílas, una de sus novelas más significativas dentro de su producción narrativa:

Pero fíjate, Germán, la fuerza que tienen las palabras, siempre volvemos a lo mismo porque te aseguro que no era tenerme que marchar a casa sin aprovechar a pleno rendimiento aquella noche que se anunciaba con tizones grises manchando el cielo malva lo que me hacía llorar por el paseo de Rosales adelante, ni siquiera el haber dejado sin aclarar la posible historia de Andrés con su alumna, qué va, el clavo fijo era la palabra neurona, como un amigo muerto atravesándose en mi camino, no podía dejarme de acordar del tono con que él la había dicho, del gesto que había hecho con el pulgar y el dedo índice rayándose la frente, era igual que pasar la lengua sobre una herida, y es que, ¿sabes?, esa palabra dicha de aquella manera especial pertenecía a nuestro tejido verbal, a un código particular e intransferible, medio jerga científica, medio broma, medio argot callejero, que habíamos ido urdiendo en común para defendernos de la gente y para aislarnos de ella, era nuestro terreno, lo más nuestro que teníamos; de cualquier amistad o de cualquier amor lo verdaderamente inherente y particular es el lenguaje que crea según va discurriendo, mejor dicho el lenguaje es la relación misma porque al inventarse se configura el amor sobre él, igual que no se puede separar el caudal de un río de su cauce.

Este fragmento es representativo de la prosa de Martín Gaite y pone de relieve varios de sus temas recurrentes: la importancia del lenguaje, la comunicación como vínculo afectivo y la memoria emocional. La autora juega con la cadencia del discurso oral a través de una sintaxis envolvente y un ritmo marcado por la subordinación y la digresión, características propias de su estilo.

En este pasaje, Eulalia, la protagonista, reflexiona sobre la fuerza evocadora de las palabras y su poder para articular los lazos personales. La palabra “neurona”, más allá de su significado literal, se convierte en un símbolo de la complicidad compartida con su interlocutor. Martín Gaite subraya aquí la idea de que cada relación construye su propio lenguaje, una suerte de código privado que no solo refleja la intimidad, sino que también la sostiene. La metáfora del “caudal de un río y su cauce” refuerza esta concepción del lenguaje como algo inseparable de la relación misma.

Contexto y estructura de la obra

La producción novelística de Carmen Martín Gaite suele dividirse en tres grandes etapas:

• Realismo social (hasta 1970): Representado por obras como Entre visillos, que exploran el papel de la mujer en la sociedad franquista.

• Novela experimental (1970-1990): En este periodo destacan Retahílas y El cuarto de atrás, caracterizadas por estructuras narrativas innovadoras y una introspección profunda.

• Novela intimista (a partir de 1990): Obras como Caperucita en Manhattan o La reina de las nieves exploran temas de identidad, memoria y construcción del yo.

Publicada en 1974Retahílas es una novela en la que Martín Gaite adopta un formato innovador basado en el diálogo y el monólogo. La historia se desarrolla a lo largo de una noche en la que Eulalia y Germán, su sobrino, entablan una conversación ininterrumpida que da pie a seis monólogos en los que ambos reconstruyen su pasado y sus experiencias vitales. A través de esta estructura fragmentaria y aparentemente improvisada, la autora ahonda en la introspección psicológica de los personajes y en la exploración de la memoria personal como forma de autoconocimiento.

Uno de los aspectos más destacados de la novela es la reflexión sobre el lenguaje y su papel en la construcción de la identidad y las relaciones humanas. El fragmento analizado ilustra de manera magistral cómo las palabras no solo transmiten significado, sino que también crean lazos afectivos y forman parte de la esencia de quienes las comparten.

Con Retahílas, Carmen Martín Gaite logra una narración envolvente, casi confesional, que invita al lector a ser partícipe de un diálogo íntimo donde la palabra adquiere un valor casi ritual. Su prosa, rica en matices y dotada de una musicalidad propia, convierte el acto de la conversación en el eje central de la novela, demostrando una vez más su maestría en el arte de narrar.

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