Clara Sánchez, Los pecados de Marisa Salas

Académica de la Real Academia de la Lengua Española, filóloga, cinéfila, escritora, ganadora de los premios Nadal, Planeta y Alfaguara, con quince libros publicados y traducida a más de veinte idiomas, su última novela acerca de la trastienda del mundo editorial se está convirtiendo, junto con Presentimientos, Lo que esconde tu nombre y Últimas noticias del paraíso,  en una de sus novelas de mayor éxito.

Marisa Salas es autora de la novela Días de sol, que tiene poco reconocimiento entre los lectores. Al mismo tiempo una joven escritora Carolina Cox triunfa con otra novela en la misma editorial, lo que produce un gran desánimo a Marisa que no vuelve a escribir. Treinta años después aparece un escritor joven, Luis Isla, que obtiene el aplauso literario y destrona a Carolina Cox. Marisa descubre con sorpresa que el joven es un impostor y disfruta al ver a su rival relegada a un segundo plano. El conflicto se centra en esta mujer escritora que escribió hace treinta años una novela y descubre que el éxito reciente es un plagio hasta en las erratas de esa primera novela que fue retirada.

Una novela sobre el mundo editorial desde el punto de vista de un escritor, las emociones y sensaciones del que escribe. Las circunstancias que rodean una novela y su recepción por parte de los lectores. La incertidumbre del escritor ante la reacción del lector, la soledad que siente y los celos que provocan otros escritores. Marisa Salas a sus sesenta años es una escritora fracasada que ve cómo triunfa su novela. Se adapta al fracaso y después al éxito, aquejada de cierta frustración se hace mayor y es una mujer fuerte.

Días de sol fue mi paño de lágrimas, mi refugio. Escribía en un estado de felicidad y tristeza incomprensible. Siempre llevaba un cuaderno en el bolso y así cuando salía del colegio y recogía a Pedro en la guardería podía escribir en el parque mientras él intentaba andar. También escribía un rato por la noche y los fines de semana, luego lo pasaba a limpio en el Amstrad.

El Conflicto del Plagio en la Literatura

El mundo editorial y literario, el proceso de escritura, las librerías, firma de libros, sentimientos como el ego, la vanidad, los celos, la envidia y el amor, así como la necesidad de gustar aparecen en esta novela en la que la forma incisiva de construir los personajes, los diálogos y la elaboración de la trama están asociados con naturalidad y una nueva mirada de decir las cosas, despojada de pretenciosidad y con sentido del humor.

Otra presentación pública. La cola de lectores da la vuelta a la calle. Teresa me protege y trata con cierta severidad al librero y a los lectores, les pide que no desordenen la fila, la simpatía y el encanto los deja para mí, de  modo que los lectores la consideran un hueso que hay que superar para llegar a mi altura, no la relacionan conmigo ni reparan demasiado en ella. Yo sí. Tiene el pelo largo y rubio y muy limpio, cuando el viento lo mueve parece que se le va a desprender de la cabeza y que volará hacia el sol. Se ocupa de todo y aguanta mis charlas por tediosas que sean con una cara de entusiasmo que intenta contar a todo el público. Y luego soporta las eternas firmas abriendo las novelas por la primera página para ahorrarme esfuerzo. Si pudiera, las firmaría ella misma. Por agotadora que sea la jornada jamás se queja y al día siguiente en el desayuno, generalmente a las siete de la mañana, aparece como un ángel perfectamente maquillado caído del cielo. A veces en los viajes intenta arrastrar mi trolley pero no se lo permito, no es una mula de carga, es frágil, huesuda, sin tiempo para engordar, no suda. Siempre carga con un bolso enorme y pesado donde lleva de todo, desde aspirinas a somníferos, el ordenador, la tablet, las agendas de papel, dos móviles, se supone que una bolsa de aseo, algún libro que debe proporcionar aparte del mío, y su ropa enrollada al estilo Marie Kondo. Cuando se lo cuelga del hombro la cubre casi completamente. Ante la pregunta de por qué no se agencia una maletilla como la mía, responde que así lo tiene todo a mano al instante.

Los editores y sus influencias, la crítica que no atiende a lo esencial, el público y los lectores con los gustos literarios de moda que no están sujetos a criterios de calidad, las exigencias del éxito y su repercusión, nos hacen pensar en cuánto de autoficción hay en estas páginas en las que la autora convence a través de su lenguaje preciso, profundo, lleno de matices, conocedor del valor inmenso de las palabras.

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