Soneteando

Es muy fácil enseñar este esquema a los alumnos y aprender así nociones generales de versificación y métrica. Después de conocer y trabajar una selección de sonetos es posible que hasta nos atrevamos a escribir uno.

Lope de Vega nos da las primeras instrucciones en “Un soneto me manda hacer Violante” y de ahí podemos pasar a uno de los sonetos más bonitos de este autor para definir el amor “Desmayarse, atreverse, estar furioso”, este es un buen itinerario. Mientras por competir con tu cabello de Góngora nos da la posibilidad de tratar el tópico del carpe diem comparándolo con Garcilaso, “En tanto que de rosa y azucena”. Quevedo con “Amor constante más allá de la muerte” remata el Barroco con una de las composiciones más logradas de su época.

Rubén Darío, Juan Ramón, Octubre, y Antonio Machado pueden dar comienzo al siglo XX; es la Generación del 27 la que nos ofrece un grupo de poemas magníficos. Empezamos con Gerardo Diego, El ciprés de Silos, Rafael Alberti con “Lo que dejé por ti” nos ha dejado un ejemplo de una composición soberbia y de Lorca dos sonetos del amor oscuro dan la nota suprema de genialidad y brillantez, “El poeta pide a su amor que le escriba” y “Soneto de la dulce queja”.

Miguel Hernández, Blas de Otero y Ángel González nos permiten tratar la guerra y la primera poesía social y humanizada. Terminamos con Luis García Montero cuya sensibilidad y maestría lo convierten en uno de los mejores poetas vivos, elegimos Soneto herido.

No nos podemos olvidar de los sonetos de Sabina y del soneto de José Hierro Después de todo, todo ha sido nada, para algunos el soneto perfecto.

De Garcilaso a Luis García Montero hemos podido aprender a componer catorce versos y unas cuantas figuras literarias, lejos de listas interminables ausentes de palabra y belleza. Es imposible apreciar lo que no se lee y si se comparte unimos voces en una lectura en voz alta que es siempre motivo de concentración y unidad.

Realizar una pequeña Antología que se reparta entre los alumnos es una tarea que nos ayudará a conocer la poesía y reconocer en ella las emociones y los temas que han caracterizado autores y épocas. El endecasílabo y la suma de dos cuartetos y dos tercetos forman un sistema compositivo que cuenta con más de quinientos años y no deja de sorprendernos. Por él han circulado el amor, el paso del tiempo, la muerte, el desamor…el yo poético logra, en ocasiones, que nos identifiquemos en un reencuentro acompañado de música y de palabras hermosas.

Ni frecuentamos los listados estériles ni el desconocimiento de la obra de autores que han colocado la literatura de lengua castellana en un lugar destacado de la Literatura Universal.