La ele con la o y la ele con la a

Vaya torbellino de fuerza y risa…y qué carácter; no se aguanta con ninguneos y si te descuidas impone su ley sin dudarlo.

Atractiva y coqueta, muy presumida. Besa a las chicas y a los chicos en los labios y amenaza con irse con Inés cuando se esconde entre las sábanas para que pongas carita de pena y asombro; cuando sale riendo muestra sus pequeños dientes, sus diminutas ferocidades.

Todo le va al estómago, las penas y las alegrías; come poco y su delgadez le permite hacer números de circo seguidos de aplausos familiares. Parece que no se entera, pero todo lo archiva con la rapidez de un procesador inteligente. Se mece en el columpio como una mariposa y con el baile expresa la artista que lleva dentro.

Lola, que no, que no veas más la tele.

La tele, esa caja que le permite decir todo me da igual, la depositaria de sus silencios. Las películas le proporcionan el mundo que no le dan.

La fractura familiar no le ha impedido subir a los árboles y aprender a montar en bicicleta. Su gran ayuda es su hermana mayor, son inseparables, la admira y quiere estar a su altura, ese es su alcance y su acierto.

Vaya, Lola, qué besos tan ricos, tus abrazos de almohada me alegran cuando todo se derrumba. 

El pelo se va tiñendo de rubio oscuro. Un lustro acredita en su historial, qué bonito es el número cinco. Disfrazada de princesa y unicornio, el cojín molón guarda sus sueños. Sus papis son su tesoro y su gato Mayo la compañía que prefiere. Sueña con estar con su abuela, bañarse con ella en la piscina y estar en su casa un fin de semana, pero no le hacen caso, no atienden sus demandas. Sabe que le gustan las palabras y se ha inventado para que sonría papabuela y mamabuela.

El eco repite su nombre con hola y con mola, cuando vamos al parque y se desliza velozmente sobre su patín; ya sabe escribirlo. Lola, cariño mío, no tengas miedo, no te van a abandonar y Moca no llora porque tu mamá esté en el hospital, se va a curar. En el cartel no pone no molestar bajo ningún pretexto.

Además, no te preocupes, la abuela va a estar siempre pendiente de ti, dejaré la puerta abierta para reír con tus bromas.

Eres del material del que se hacen los sueños.