Dos poemas para aprender a recitar

Leer poesía con los alumnos es una de las actividades que más ayudan en la clase de Lengua para desarrollar la expresión oral y el aprecio por los valores estéticos y comunicativos de la lírica.

Con esta actividad desarrollamos los rasgos verbales y no verbales de un género que nos une a la belleza y a la palabra, además de aprender a cuidar la voz, la prosodia, los gestos, la vocalización y la proxemia. Situarse ante un auditorio conocido nos hará tener en cuenta los elementos cinésicos, en los que los gestos, maneras y posturas nos definirán y ayudarán en nuestra manera de comunicarnos y mostrarnos ante los demás para una socialización más rica y propia.

Dos poemas, Cultivo una rosa blanca de José Martí y Río Duero, río Duero de Gerardo Diego son especialmente adecuados para los alumnos del Primer Ciclo de ESO, incluido Tercero, en verdad a cualquier edad, por su diferente extensión y los valores que transmiten.

En el primer caso se trata de un poema breve lleno de valores acerca de la amistad en el que el poeta cubano nos transmite la importancia de cultivar con los demás y con nosotros mismos la importancia de relaciones basadas en el amor y los sentimientos puros y sinceros. Martí es considerado como uno de los autores más representativos del Modernismo Hispanoamericano. Desterrar el rencor y cultivar la rosa blanca de la amistad y el amor frente al cardo ayuda a fomentar valores necesarios para nuestros alumnos.

Cultivo una rosa blanca,

En julio como en enero,

Para el amigo sincero

Que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca

El corazón con que vivo,

Cardo ni oruga cultivo:

Cultivo la rosa blanca.

En el segundo caso, Gerardo Diego, como lo hizo Machado, nos invita a recorrer en Castilla, Soria, y con el Duero una magia que emociona por su rotundidad resuelta en desnudez y musicalidad.

El estudio de las figuras literarias, el río, el amor, la Generación del 27 y la ciudad que con los álamos nos invita a escuchar las palabras de los enamorados es una práctica rica y sugerente.

Con ambos poemas el estudio de la metáfora será muy provechoso, igualmente analizaremos valores rítmicos y figuras literarias.

Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja,
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.

Indiferente o cobarde,
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.

Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.

Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.

Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso,
pero con distinta agua.

Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,

sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.

La vida es un único verso interminable, acercar a nuestros alumnos a la valoración de la belleza, lo invisible, la emoción contenida convertida en palabras y la Literatura viva y sentida se convertirá en una práctica integradora llena de sentido, adecuada, que mejorará los usos lingüísticos para los distintos ámbitos y contextos de la vida personal y social.