Te pillé, Caperucita está organizada en cinco escenas, en las que se intercalan cuatro publicidades, uniendo el discurso teatral con el televisivo. La historia central, en la se mezclan personajes clásicos del mundo literario infantil, sitúa a protagonistas y secundarios en un bosque en el que se viven situaciones alocadas en las que, con tono de parodia, se realiza un homenaje a los cuentos maravillosos que forman parte del imaginario infantil. Las publicidades, por su parte, también se alimentan de los personajes clásicos como Blancanieves y el Príncipe Azul, que venden un detergente para la ropa que logra borrar la mancha provocada por una manzana; Frankenstein, que anuncia su clínica de cirugía estética; Cenicienta, que vende su producto de limpieza multiusos que la convirtió en millonaria y Drácula, que es un cobrador de morosos. Tanto en la historia central como en los “entremeses” publicitarios, aparece la intertextualidad con los relatos infantiles. Estas referencias, al ser conocidas por el público lector, permite a los estudiantes realizar las inferencias a las que nos invita el autor y comprender los guiños, las ironías y las presuposiciones. Esta comedia, ideal para alumnos de primero de ESO, obtuvo diversos premios como el prestigioso premio Lazarillo, la Lista de Honor de la CCEI 1996, el Samaruc 1996, y el internacional Mirlo Blanco de la International Jugent Bibliothek de Munich 1996. Es recomendable como lectura para realizar en clase, ya que cuenta con varios personajes que pueden ser leídos por diferentes alumnos, y propone una guía didáctica para trabajar en forma individual, en parejas o pequeños grupos.