Las preposiciones del corazón

Hay un impulso inexplicable que nos empuja en todas las encrucijadas a veces contra todo lo que habíamos previsto ¿Quién puede sentirse orgulloso de haber sido el fruto exclusivo de su voluntad? Somos el despojo de unos ojos que no nos quisieron y las víctimas de los ojos que nos querrán mientras nuestras pupilas se vuelven hacia dentro para curtir e improvisar una experiencia feliz. Cada hombre es una preposición y todos un concierto de palabras y silencios que convierte el planeta tierra en el grito mudo de la historia.

“Dadme una preposición y moveré el mundo” Aquella fue realmente la expresión del sabio griego y no la que los manipuladores de la historia han transmitido. Así comienzan sus clandestinas reuniones una oculta logia de arcanos ensoñadores.

Confundidos entre la multitud de seres y de días que han desfilado por la pasarela sin retorno de la historia han convivido y están entre nosotros los miembros de una innombrable y oculta logia de arcanos ensoñadores. Ellos, saben, o eso dice, la sutil diferencia de estar sobre o tras, de luchar con o contra, de vivir para o por, de caminar hacia o hasta y así preposición a preposición desgranan en sus clandestinas reuniones la subordinación que nos esclaviza o nos da alas. Sería prolijo relatar los nombres y las frases célebres que los miembros de esta oculta logia de arcanos ensoñadores presumen fruto de invisibles intervenciones.

De su organización interna puedo prometerte, si me quieres creer, que nada les distingue…ni vestidos, ni sexo, ni poder adquisitivo, ni nivel cultural. Aunque a lo largo de la historia se hayan enriquecido con ribetes litúrgicos de cualquiera de las grandes religiones esta oculta logia de arcanos ensoñadores se enorgullece de ser fiel al espíritu fundacional. Cuando Leviatán esa un cachorro y los Cíclopes y los Titanes balbuceaban sus primeros lamentos estremecida ya por el sinsentido de la existencia humana una mujer ofreció sus hermosos labios al frío silencio si tenía a bien entregar a los hombres algún sortilegio para conjurar el vértigo de las preguntas. Y el silenció que era hijo de la Sensatez y la Incertidumbre. Sobrino de la Sorpresa y la Emoción. Depositó las preposiciones en los hermosos labios de aquella mujer que abrumada por el peso de tanta verdad las repartió en cálidos besos entre las cosas, las ideas y el lenguaje.

Por eso hoy todavía las estrellas tintinean cuando la mujer que amamos pronuncia la palabra que deseamos oír y es el arrullo de una voz de madre la que duerme a los niños descansados de intentar comprender. Antes de llorar escucha la preposición de tu corazón y soñarás.