-Pesada infancia, qué lejos y, sin embargo, qué carga persistente cada día con sus largas, estériles y deambulantes noches de insomnio.
-No tenía rival citando, leyendo a Lorca, Aleixandre, Cernuda. Casado y padre nadie sabía de su deseo oculto, escondido. Este hombre ha sufrido mucho, ahora puede disfrutar libremente de esos jóvenes de secreta belleza, ligeros como espigas, fuertes como el deseo.
-Al otro lado de lo que escribo está el vacío, un ruido interminable de voces que se arrastran.
-Empezaba a no entender el futuro, se estaba haciendo vieja.
– ¿Cuánto debe la Literatura y la Cultura Occidental a los homosexuales? Esperamos respuesta urgente.
-Cada noche pienso en ti.
-Desde que no estás en mi otra mano, atando promesas con el calor que me recita versos en silencio, he apagado el rincón de mis sonrisas.
-Beso tus besos en mis labios. Acelera la tarde con una sonrisa que mis ojos te buscan y te esperan.
-Corazón gigante, qué haces viajando por el viejo, contradictorio, luchador mapa de la España que busca saber y no perderse?
-Octubre es la sinfonía que apaga la luz del verano para florecer en mayo.
-Fui tu sueño, un leve sueño; soy tu carne, serás mi hambre.
-Poseído de la venganza intenta destruir todo lo que envidia con la mentira como excusa; no todo vale, viejo conservador de esquiva mirada, sabemos unir corazón y pensamiento.
-Busco horas disponibles para menores desprotegidos.
-Escribir es curarse, limpiar el alma, el estómago, el páncreas y las vísceras de la miseria diaria que nos rodea.
-Le explica el metaverso y los retos tecnológicos de la nueva agenda de la Humanidad deshumanizada. Cuánto cariño y sabiduría desprende la nueva savia que calienta el corazón.
Clarice Lispector, te llevo en la bolsa acompañando la última lectura. Siempre te llevo.