Como escribir una reseña cinematográfica

Una reseña cinematográfica es un texto expositivo-argumentativo en el que un autor brinda su opinión sobre una película.

Para realizar este texto es preciso realizar un visionado crítico del filme y elaborar un texto de unas 500 palabras donde se cuente el tema, las líneas generales del argumento (sin desvelar nunca el final) y se analicen aspectos como el trabajo actoral, vestuario, producción, dirección, banda sonora, ambientación, maquillaje y efectos especiales, entre otros. En la reseña también se puede hacer referencia al guion original o bien a la adaptación realizada por el guionista a partir de una obra literaria.

Otros aspectos que pueden aparecen en la reseña cinematográfica son las aportaciones que ha hecho la película a la historia del cine (si se trata de un clásico), la relación con otras películas del mismo tipo o del mismo director, los valores que aparecen reflejados y otros aspectos que el redactor considere relevantes.

Partes de la reseña cinematográfica

Una reseña cinematográfica estándar está compuesta por las siguientes partes:

1- Introducción

Se presenta el tema con la información básica de la película; es decir, el nombre, año de estreno, actores, director, escritor y guionista. También se expone el tema de la película y se hace referencia a premios internacionales que haya obtenido (Óscar, Globo de Oro, Goya, César. Premios de los festivales de Cannes, San Sebastián, etc.)

2- Resumen

Destaca los aspectos elementales de la película, el contexto de la trama principal y demás detalles interés para el lector, como el contexto histórico, político o geográfico de la película. Es fundamental que en el resumen NO aparezca el final de la película.

3- Analisis

El autor de la reseña expone sus impresiones sobre cómo está filmada, la ambientación, el trabajo de los actores, el tratamiento del tema, la reconstrucción del período histórico, la banda sonora, los efectos especiales (en el caso de que los tenga), y otros elementos que componen la película.

4- Cierre

Se trata de una evaluación de la calidad general de la película. Es un juicio de valor fundamentado en el criterio del autor que busca atraer o desincentivar a los futuros espectadores a ver el filme.

A continuación mostraremos tres ejemplos de criticas cinematográficas:

EJEMPLO 1: CRÍTICA | Bajo la misma estrella 

Javier Ocaña, 4 de julio de 2014 ( elpais.com)

Cáncer de lágrimas

‘Bajo la misma estrella’ no está mal para el que demande un río de lágrimas. Los demás, huyan.

Están las películas para llorar y luego está la de la chica con cáncer en los pulmones que vive agarrada a una mochila con una bombona de oxígeno, que se enamora de un chico que tuvo cáncer y al que le cortaron una pierna, amigo de otro joven con glaucoma que puede quedarse ciego. 

Esa película es Bajo la misma estrella, basada en un best seller de John Greene, y, sorpresa, no está nada mal por un triple motivo. Por la solidez interpretativa de Shailene Woodley, un prodigio en el plano corto, en la contención, la simpatía y los matices. Por la delicadeza de Josh Boone, el autor de Un invierno en la playa, que nunca hurga en la herida. Y por un texto original con unas cuantas frases que calan por su sencilla contundencia: “Lo único peor de estar muriéndose de cáncer es tener una hija muriéndose de cáncer”; “La depresión no es un efecto colateral del cáncer; es un efecto colateral de estar muriéndose”. De modo que la consecuencia es la (i)nevitable: un río de lágrimas, para el que las demande. Los demás, huyan.

BAJO LA MISMA ESTRELLA

Dirección: Josh Boone.

Intérpretes: S. Woodley, A. Elgort.

Género: drama. EE UU, 2014.

Duración: 122 minutos.

EJEMPLO 2: CRÍTICA | Bajo la misma estrella, una granada a punto de explotar (⋆⋆⋆⋆)

Rocio Manzaneque, 4 de julio de 2014 ( gaceta.es)

Quien crea que Bajo la misma estrella (The Fault in Our Stars, Josh Boone) es una tontorrona historieta de amor adolescente se llevará una grata sorpresa al comprobar que se trata de uno de los más sólidos estrenos en lo que llevamos de año. Basada en la novela de John Green -éxito de ventas en todo el mundo y un fenómeno social para jóvenes y adultos en EE.UU-, la película que llega este viernes a nuestras salas no es ni una frivolidad ni un fenómeno vacío que cubra el hueco que dejó la flojita CrepúsculoNi siquiera una historia sobre el cáncer. Es, por encima de todo, un romance entre dos jóvenes que, en circunstancias adversas, se aferran a la vida y a los sueños, aquellos que a veces se cumplen y los que a veces, como en la vida, no lo hacen.

Hazel (Shailene Woodley) es una joven de 16 años deprimida cuyas únicas aficiones son el programa de televisión America’s Next Top Model y releer su libro favorito, Una Aflicción Imperial. Tiene cáncer de pulmón desde los 14 años. Forzada a asistir a una de las terapias de grupo que tanto aborrece conoce a Augustus (Ansel Elgort), otro adolescente que acaba de superar la enfermedad tras haber sacrificado una pierna. Entre diálogos inteligentes y reflexiones calcadas del libro, ambos inician una pequeña historia de amor, de aquel tipo dulce que hace sonreír ante su inocencia, pero amarga por el contexto en el que se desenvuelve. Y de un modo ciertamente manipulador con los sentimientos del espectador, la película nos lleva de viaje con Hazel y Augustus a Ámsterdam para cumplir el sueño de ella: conocer al autor del libro que ha leído decenas de veces, Peter Van Houten (Willem Dafoe).

La adaptación cinematográfica de la novela de John Green quiere ser, sobre todo, una historia sobre la fuerza del primer amor ante la adversidad, aunque ésta sea una triste realidad que les arrastra sin piedad. Está narrada con humor, a veces ligero, a veces chusco, en otras ocasiones inteligente y negro, y siempre de forma (sorprendemente) fiel al libro. Los actores protagonistas, Shailene Woodley y Ansel Elgort, sostienen la parte interpretativa de Bajo la Misma Estrellasin ningún problema con la química que se espera de ellos, ella interpretando de forma notable a una adolescente con los miedos de haber estado obligada a crecer demasiado deprisa y él, a un joven que quiere tomarse el drama con una sonrisa.

Bajo la misma estrella es como una granada a punto de explotar y, como tal, es más que recomendable tener a mano un paquete de pañuelos por si finalmente cumple (y lo hace) su lacrimógeno propósito. Recomendada tanto para los más jóvenes ávidos de nuevas historias como para los adultos, luce con valentía su pasión y sensibilidad y desborda grandes dosis de optimismo.

Puntuación: ⋆⋆⋆⋆

EJEMPLO 3: ‘Bajo la misma estrella’: El amor en los tiempos del cáncer

Jesús Agudo,Martes 01 julio 2014 (ecartelera.com)

Hazel Grace Lancaster podría ser la típica adolescente americana. Solo que no lo es. Padece desde pequeña un cáncer terminal que ataca a sus pulmones, algo tan sencillo como subir una escalera puede suponer un calvario para su delicado estado de salud. Ella es la protagonista de ‘Bajo la misma estrella‘, que podría ser la típica película ñoña y vacía destinada a deshidratar al espectador. Solo que no lo es.

Josh Boone acepta la tarea de adaptar a la gran pantalla el libro que arrasa en medio mundo, una novela firmada por John Green que ha sabido hacerse un hueco en los corazones de todo tipo de público porque es capaz de huir de la lágrima fácil y tratar el cáncer con tanta sinceridad y franqueza, que parece que lo hubiera escrito un paciente real. La película ha conseguido beber precisamente ese rasgo distintivo, desmarcándose de un océano plagado de historias de amor de algodón de azúcar.

Su principal virtud es haber sabido ver dónde se encuentra el filón de esta historia, tan delicada para según qué públicos, y es precisamente que el libro ya rompe gran parte de las barreras necesarias para conseguir sorprender. Scott Neustadter y Michael H. Weber escriben un guion que es prácticamente un calco de la novela, algo que los lectores agradecerán como no llegan a imaginarse, y garantiza a los que no conozcan todavía a Hazel y a Gus que no se perderán las contundentes frases llenas de humor negro y de sinceridad que ocuparán perfiles de redes sociales y GIFs en Tumblr durante meses. Lejos de querer hacer su propia versión de la historia, con riesgo a romperla por el camino, logran que las páginas del libro se conviertan en una escena tras otra en la pantalla, cada una más emotiva que la anterior.

Por su parte, el director consigue mantener, en general, el ritmo de este romance, a pesar de que la duración se antoje algo estirada. Más allá de eso, hay que elogiar su labor sacando lo más bonito de cada situación, tanto las alegres como las crudas. Otro aviso a los que les guste guardarse fotogramas de películas. Cada uno de ellos es una preciosidad. A pesar de su corta carrera, el director parece conocer muy bien a qué tipo de espectador se está enfrentando. Para mejorar un poco más las cosas, la lista de reproducción confeccionada para esta historia es el alma gemela perfecta para las imágenes de la pantalla.

Déjate enamorar por Shailene Woodley

Aunque, si hay que quedarse con una sola cosa de la película, tenemos que volver a hablar de Hazel. Shailene Woodleydeja clarísimo en ‘Bajo la misma estrella’ que tampoco es la típica adolescente americana, es la reina del baile. Su rebosante talento, que ya ha apuntaba maneras, eclosiona en esta historia con un papel casi hecho a su medida. Se come la pantalla como esta joven que no lo ha tenido nada fácil y que, a pesar de ello, sigue intentando que el cáncer no sea quien dirija su vida. Caeremos rendidos a sus pies después de ver cómo se come a todo el resto del reparto, incluso a un Ansel Elgort que lleva el papel más agradecido del libro, pero que se ve eclipsado por su pareja en la ficción. Igualmente, aunque se note que interpretativamente hablando es más limitado que Woodley, tendrá los momentos suficientes para que todos acabemos suspirando por Augustus Waters, desde su cigarro en la boca a su desmedido optimismo, la forma que tiene de decir «Hazel Grace» o sus rápidos guiños de ojo. Por si fuera poco, ambos funcionan a la perfección juntos, iba a ser difícil mejorar el casting de estos dos protagonistas, aunque esto signifique que se vuelva una función de dos, y que ni siquiera el escritor al que encarna Willem Dafoe llegue a poder hacerse con un mínimo porcentaje de atención. Los secundarios son los que más pierden en la traslación del libro a la película, aunque la historia no se vea afectada por ello en gran medida.

No podemos obviar que nos encontramos ante una historia de dos jóvenes con cáncer que se conocen a raíz de su enfermedad. Suena a melodrama barato, por muy bien hecho que esté. Pero, como ya he señalado anteriormente, ‘Bajo la misma estrella’ consigue escapar de ese estigma plantando cara de frente a la palabra con «C», sin miedo, como lo hacen Hazel y Gus. Los que no padecemos una enfermedad como esta tendemos a pensar que los que sí la tienen optarán por no hablar de ello más de lo necesario, y no es así seguramente. Como la bombona que acompaña a Hazel a todas partes, esta enfermedad forma parte de su vida tanto como sus manos. Los diálogos que mantienen bromeando con sus carencias o lo desgranados que tienen sus planes a corto plazo, lo único que se pueden permitir, son el oxígeno que consigue que esta historia respire hasta inundarnos por completo. Al igual que el tema que trata, la cinta nunca esconde que sí, buscará conmovernos hasta que tengamos el pañuelo en la mano, pero con una manipulación mínima. Tampoco oculta que sabe cuál es el público al que va dirigida, aunque sin darse cuenta abarque mucho más de lo que pudiera llegar a creerse. Es una historia sobre niños con cáncer, es dura e injusta, pero también guarda muchas lecciones sobre lo que es realmente importante, tanto para los pacientes como para los que están a su alrededor. El optimismo por bandera, venga sol o tormenta.

‘Bajo la misma estrella’ está muy lejos de ser la típica ñoñería «teen». Es un producto estudiado al milímetro, pero que acaba dejando la sensación de que tiene un algo más. Una historia sólida y sincera, aunque sea con una buena dosis de azúcar de por medio y una increíble pareja protagonista consiguen que sea muy difícil no salir enamorados de Hazel y Augustus. Viene destinada a marcar a una generación, como lo hizo ‘El diario de Noa‘ en la década anterior (pero con mucho menos azúcar) o más recientemente ‘Las ventajas de ser un marginado‘. Los jóvenes de hoy en día por fin tienen a su disposición esas historias de amor que dejan poso, sin provocar diabetes ni huir del lado oscuro de la vida vestidos de rosa chillón.